Tras abrir este Blog con la reseña de la charla sobre Autismo, es un buen momento para presentar a uno de los personajes históricos de los que se habla en nuestras clases como parte del proyecto.
Se trata del pianista canadiense Glenn Gould, uno de los más importantes intérpretes musicales del siglo XX y que fue diagnosticado, eso sí, tras su fallecimiento, como Síndrome de Asperger, uno de los tipos de autismo explicados por Mónica.
El personaje, algo sobre su vida, sus capacidades y sus interpretaciones surgió al buscar grabaciones de referencia de las “Variaciones Goldberg”, una obra de J.S.Bach, considerada obra cumbre de la música para teclado.
Glenn Gould siempre fue considerado como “raro”, una persona difícil, maniática y obsesiva en su vida, y un genio absoluto admirado en todo el mundo como pianista. Abandonó pronto la carrera de concertista, cuando era una figura internacional, para implicarse en las grabaciones que tanto le interesaban. Le definían como excéntrico por su aspecto, su vestimenta, por la postura única que adoptaba al tocar el piano con los ojos a la altura de las teclas, por sus rítmicos balanceos, o por ese objeto que siempre le acompañaba y que hoy es mostrado en un museo: su vieja silla con las patas cortadas y el respaldo ancho sin la que era incapaz de ejecutar como solo él sabía. Tampoco se entendía que cantase o hablase a la vez que tocaba, de hecho su voz suena de fondo en muchas grabaciones, precisamente esas que siguen siendo referentes para millones de músicos y melómanos en todo el mundo (hay vídeos de él en YouTube con millones de visitas).
Todos esos rasgos, grabados y relatados por quienes le conocieron, llevaron al diagnóstico tras su muerte, un motivo más para que muchos le recordemos, le admiremos y comprendamos mejor que estas personas son capaces de cosas increíbles cuando centran su atención y se vuelcan en algo concreto.
